“Ciudad sin norma” y “Parajes” son dos exhibiciones que se cruzan en la Sala 2 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC). Flanqueadas por dos rampas, estas propuestas de Walter Calienno (CR-ARG) y Juan Miguel Marín (ECUA-NY), comparten no solamente espacio, sino también una manera de aproximarse a nuestros entornos. Una busca repensar cómo habitamos las tensiones de nuestras ciudades, y la otra como ocupamos y nos movemos en esos espacios emocionales.
CIUDAD SIN NORMA
Walter Calienno
Walter Calienno recurrentemente se obsesiona con objetos de uso cotidiano; como lo han sido los paraguas y los sofás. En esta ocasión vuelve “atrapado” por el diseño de las tazas comunes de vidrio; su diseño, las trasparencias, los reflejos y esas reminiscencias a las cúpulas arquitectónicas.
Luego, al incorporar el cemento en esa mezcla de la construcción de un nuevo objeto, aparecieron una infinidad de posibilidades; el cemento como anclaje para las manijas de las tazas comienza a diseñar esa “ciudad” que crece como un laberinto, con escaleras que no llevan a ningún lado, puertas que son y no. Esas urbes donde se está encapsulado y a la vez expuesto, se muestran en conjunto como el skyline de una ciudad conceptual. Ciudad que a la vez te expone pero también tiene un lugar para no dejar entrar.
La propuesta es una reflexión sobre los materiales; la transparencia y fragilidad del vidrio, pero que a la vez deforma las apariencias, contrasta con la dureza y opacidad del concreto, impenetrable. Al final es el producto de un proceso muy personal donde se reflexiona entorno a la existencia de momentos en donde “uno no se quiere ni mostrar para uno mismo.”
PARAJES
Juan Miguel Marín
Lugares que nunca se van. Pegados como el sol se pega a las fibras un papel y las cambia para siempre, así llevamos cada día transitado, cada espacio emocional que hemos habitado y nos ha trasformado.
Un paraje no es un simple lugar, es también una oportunidad para estar con uno mismo o con los demás; para volver a sentir, para destapar,y también para cerrar.
Estamos llenos de parajes.
Algunos sirven para esconderse,muy pocos para quedarse. La mayoría, aunque quisiéramos que no sea así, serán solo para visitar.