La propuesta de Natalia Ortega, gira en torno a temáticas como la visibilidad y la invisibilidad, y la relación del individuo con lo social. Varios de sus ensayos, se ha enfocado en el estudio de un ser en particular: la sardina. Esta funciona aquí, como un elemento facilitador de experiencias, de vivencias y de preguntas, a partir de la subjetividad y de ironía.
A nivel de experiencia con el visitante y como la misma artista señala, la intención es seguir a este sujeto, en tanto que “busca la complicidad del espectador, al aparecer y desaparecer en el espacio, debido a sus cualidades metálicas y al hecho de que cada una de las sardinas es única y reside en el espectador dejarse llevar por el cúmulo que desaparece constantemente, u observarlas y determinar su singularidad.”
Aquí se busca la acción de la mirada, el exaltar lo que puede ser singular y a la vez, el revisar ciertas normas de socialización, a partir del recorrido y la visión de un individuo.
María José Chavarría. Curadora del MADC.