Nunca fuimos un cubo blanco

Curaduría: Adriana Collado-Chaves, Fiorella Resenterra y Daniel Soto
Inauguración: 14 de febrero
Del 14 de febrero al 25 de mayo del 2019.
Sala 1, 2, 3 y 4
Nunca fuimos un cubo blanco

El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) abrió sus puertas el lunes 21 de febrero de 1994 con las exposiciones Retrospectivade José Luis Cuevas (Sala 1), Cuerpos pintados. Cuarenta y cinco pintores chilenos (Sala 1), Diseño de lo cotidiano(Salas 3, 4 y 5) y Pasiónde Rafael Ottón Solís (Pila de la Melaza); en un contexto en donde el arte contemporáneo apenas florecía regionalmente y el diseño aun se asociaba con bienes de consumo de lujo.

El Museo se emplazó en el centro de San José, en lo que fue la Fábrica Nacional de Licores (FANAL), una de las edificaciones más antiguas de la capital (construcción 1851-1900) realizada en la Administración del Presidente Juan Rafael Mora Porras.La fábrica funcionó hasta 1981 y el inmueble se restauró usando la propuesta de un conjunto de arquitectos llamadoCalicanto, para ser reinaugurada en 1994 como el Centro Nacional de la Cultura (CENAC), bajo la Administración del Presidente Rafael Ángel Calderón Fournier. Este constituiría el mayor complejo cultural del país, sería la sede del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes en convivencia con espacios para el disfrute de una diversa oferta cultural de artes visuales y artes escénicas.¡

Las salas que ahora exponen lo más reciente de la producción contemporánea de la región, otrora almacenaban rones y en ellas, se fabricaban los más finos licores que se producían en el país; su arquitectura aun conserva ecos del lenguaje colonial.

 

El (no) cubo blanco
No fue sino hasta los años 70 (s. XX) que la manera de disponer las obras de arte en un museo cambió radicalmente. Antes de ello, se colocaban unas junto a otras, encima, debajo y más arriba; el público las miraba casi como un conjunto, bajo el concepto de “galería decimonónica”; pero esta noción espacial cambió en la modernidad, bajo la ideología del espacio expositivo de la nueva museología: el cubo blanco.

El concepto de cubo blanco pretende construir un espacio neutral, diáfano, sereno, sin expresión ni acentos; que per sésolo comunique una sensación de vacío. Las luces tienen la misma intensidad y se mimetizan con otros elementos de la sala. En términos arquitectónicos, se procura suprimir cualquier elemento que pueda interferir con la apreciación de la obra de arte, con el único objetivo de aislarla para que el espectador pueda disfrutar de ella.¡

Evidentemente por sus condiciones estructurales, el MADC nunca fue concebido como un cubo blanco y nunca lo será. La coexistencia entre obras y arquitectura ya forma parte de su sello museal.

Durante 25 años el MADC se ha dedicado desinteresadamente y sin fines lucrativos, a adquirir, conservar, investigar, comunicar y exponer la producción artística visual contemporánea de la región, al mismo tiempo que ha sabido bifucar los caminos y las necesidades entre los sectores de arte y diseño.

En 2018 se realizó una intervención importante de remodelación, la cual incluyó oficinas, acopio de colecciones, Videoteca y todos los espacios expositivos, con el fin de continuar conservando el inmueble para la posteridad.

Hoy, el MADC invita a sus públicos a apreciar el inmueble no sólo como un contenedor, sino como un protagonista que, con carácter único, se ha convertido en espacio patrimonial en donde se desarrolla la actividad museística. Luego, paulatinamente, irán entrando en escena otras facetas de nuestro quehacer, a través de narrativas curatoriales que pondrán en valor nuestros fondos documentales, archivos y colecciones; asimismo mostrará un compendio de obras de artistas invitados en reconocimiento a que, gran parte de nuestra labor, está dedicada a llevarle el pulso a la producción más actual y a la inclusión de nuevas miradas. Esta exposición se ha concebido como un guiño a la evolución y construcción del MADC: un museo vivo, dinámico e hiperactivo.

 

Una obra en sus manos
A lo largo de 25 años, el MADC ha producido más de un centenar de publicaciones que dan cuenta de su acontecer y que son un valioso recurso para investigadores de la historia del arte contemporáneo de Costa Rica y Centroamérica. En cuanto a reflexiones críticas no necesariamente circunscritas a exposiciones, destaca la Revista FANAL. Otras ediciones con el sello MADC fueron creadas como piezas de exhibición. Todo este material -resguardado en el Centro Regional de Documentación e Investigación- junto con la colección institucional de brochures y afiches, componen la esencia de esta muestra. Se celebra, así, que las publicaciones del Museo, por diseño, contenido y memoria, se constituyan ellas mismas en obras, cuyo destino es llevar a las manos del público otras tantas obras de incontables artistas y diseñadores.

 

Modernos y universales
La pintura ha sido una de las disciplinas más exploradas por los artistas, particularmente en Occidente; también, una de las más consumidas por visitantes, marchantes, coleccionistas, galerías, ferias, subastas y museos. Aun en el arte contemporáneo -que no apuntapreferencias por técnicas- es recurrente observar cómo esta sigue ejerciendo un poderoso atractivo, conservando su lugar preeminente. Costa Rica no ha sido la excepción a la regla, y en esta ocasión el MADC presenta una muestra de pintores contemporáneos, algunos de larga trayectoria y otros de nuevas generaciones que continuan explorando las infinitas posibilidades de este campo.

 

Este paisaje sí lo puedo entender
Los inmigrantes de la Colonia entraron a Costa Rica por el litoral atlántico y se asentaron en Cartago, Heredia y San José. No vieron nunca más hacia las costas. Así inició la construcción de unaidentidad que validaba como nacional aquello que se encontraba en el centro del país, cualquier lejanía se consideraba exótica y ajena. Cuando a finales del siglo XIX y principios del XX los pintores aportaron a esta invención, lo tuvieron que hacer desde un arte “nacional” y “propio” basado en el paisaje rural y semi rural del Valle Central, idealizado como siempre verde, soleado, pacífico y próspero. Desde entonces, el paisaje ha forjado la historia del arte de nuestro país.

 

Concepto:
Nunca fuimos un cubo blanco - Fiorella Resenterra, Daniel Soto Morúa y equipo MADC

 

Curaduría:
Una obra en sus manos - Sala 4 - Adriana Collado-Chaves
Modernos y universales - Salas 2 y 3 - Daniel Soto Morúa
Este paisaje sí lo puedo entender - Sala 1 - Daniel Soto Morúa